Si nos paramos un día
en una esquina de cualquier arteria de nuestra ciudad, veremos que un gran
porcentaje de los autos que vemos pasar está ocupado por un solo pasajero. ¿Es
realmente sustentable esta situación? No, definitivamente no, y resulta obvio
que es necesario cambiar la forma de movernos en la ciudad.
En la actualidad nuestras
ciudades y rutas sufren cada vez mayores problemas relacionados con el tráfico;
es por eso que desde muchos sectores se viene intentando dar alguna respuesta a
esta problemática, apuntando también básicamente a cambiar algunos hábitos. El uso compartido del automóvil –también conocido
por su nombre en inglés carpooling- surge
en este sentido, vinculado también a otras inquietudes de orden económico y
ambiental.
Esta modalidad se
trata de compartir un automóvil con otras personas tanto para viajes periódicos
como para trayectos puntuales; con esta práctica, se pretende por un lado ahorrar
dinero al compartir gastos de combustible y peaje, pero también reducir la
congestión de tránsito en las grandes ciudades así como facilitar los
desplazamientos a personas que no dispongan de coche propio. Además, supone una
notable disminución de emisiones de CO2, al reducir el número de coches en las rutas,
al tiempo que favorece las relaciones sociales entre personas que realizan los
mismos recorridos.
Este sistema recién
está comenzando a crecer en Argentina, y en América Latina en general, pero se
encuentra ya muy consolidado en Estados Unidos y en Europa; en el Viejo
Continente por ejemplo cuenta al menos con diez millones de adeptos.
El contacto se
produce a través de sitios gratuitos de Internet donde conductores y pasajeros
publican los trayectos que necesitan recorrer, con fechas y horarios. Cuando
hay una coincidencia, el sistema les permite ponerse en contacto, acordar la
división de costos y empezar a viajar juntos. En Argentina, y en Córdoba en
particular, ya se encuentra funcionando intensamente la plataforma Tripda.com.ar;
en nuestra provincia están muy activas las rutas de Córdoba-Carlos Paz, así
como el trayecto Córdoba-Buenos Aires, pero de a poco la gente se anima a
compartir también viajes dentro de la ciudad.
Sin duda, uno de los
principales obstáculos para el crecimiento de esta modalidad es la inquietud
frente al tema seguridad. Cuando pensamos en subirnos al auto de un extraño,
nos asalta una serie de miedos y dudas. En este sentido, las nuevas redes de carpooling generan varias medidas y
reglas que garantizan la seguridad de los viajeros. Así por ejemplo, existe un
sistema de validación entre los usuarios, en el cual resulta posible calificar
a los compañeros de viaje valorando el cumplimiento de una serie de aspectos: puntualidad,
gastos a compartir, trayectos, seguridad y confianza, entre otros.
También están
creciendo los sistemas que proponen, en busca de mayor seguridad, generar
"pools" dentro de una misma universidad, barrio cerrado o empresa.
El cambio
está en marcha, y en vos está
sumarte. Si hacemos de carpoolear un
hábito, además de viajar acompañados y disminuir nuestros gastos en combustible
y peajes, juntos vamos a lograr REDUCIR:
- Las emisiones de gases causantes del aumento
del efecto invernadero en nuestra atmósfera (Por cada 10km recorridos
ahorramos 1,5 kg de CO2 por persona).
- El consumo de combustibles fósiles (recursos
no renovables).
- Las congestiones de tránsito que ocasionan
grandes pérdidas de tiempo a las personas y de productividad a las
empresas.
- Los niveles de smog y ruido en las urbes,
causantes de enfermedades.
- La probabilidad de accidentes de tránsito, con
el consecuente descenso en la mortalidad.
SUBITE AL CAMBIO!!!